Mames


Mame deriva del vocablo mam, de la lengua quiché, que significa "padre", "abuelo" o "ancestro". Nombre que reciben en Guatemala y Belice las deidades de las montañas que riegan los cultivos. Sobre la organización política y territorial de los señoríos mames en el Postclásico Tardío no es mucho lo que se conoce, no así de su protagonismo respecto a algunos acontecimientos que se dieron durante la conquista española. En la antigüedad, esta etnia maya ocupaba gran parte del Altiplano guatemalteco y de la frontera serrana de México, llegaron a controlar un amplio territorio que comprendía los departamentos de Huehuetenango, San Marcos, y casi la totalidad de los de Totonicapán y Quetzaltenango en Guatemala, y los municipios mexicanos de Motozintla, Mazapa de Madero, Cacahotán, Unión Juárez y Tapachula. Pero esto fue antes de que se produjera la triple alianza quiché, en el siglo XIV, cuando la expansión territorial que provocó esta alianza dejó sin el control que hasta ese momento tenían sobre los departamentos de Totonicapán y Quetzaltenango, en detrimento de los quichés, aunque se desconoce al respecto detalles de la incorporación sobre la parcialidad de dichos territorios. Sin embargo, sí se sabe que muchos plebeyos se quedaron y fueron sometidos por el pueblo que los conquistó, como prueba está la persistencia en la cerámica tradicional de los mames en la región.

Estos acontecimientos producidos sobre los territorios mames empujaron a la etnia a trasladar de lugar el centro de poder al noroeste. La capital de lo que parece ser el señorío más poderoso en la región fue Zaculeu, en el departamento de Huehuetenango, aunque los mames la conocían con el nombre de Xinabajul. Era uno de los centros que el señorío mam tenía en la fértil cuenca del río Selegua y estuvo ocupado durante un largo periodo, desde el Clásico Temprano hasta el Postclásico Tardío, unos 1200 años aproximadamente. En la actualidad se desconocen cuales eran los límites que determinaban el territorio del señorío mam, aunque hay que tener en cuenta, como sucedió en otros casos del Altiplano guatemalteco, que los límites coloniales y los municipales de la actualidad coincidan en divisiones y subdivisiones políticas. Partiendo de esta posibilidad la frontera del territorio de este señorío mam, estaría supuestamente en el oriente entre los municipios de Aguacatán y Chinantla. En el norte se ubicaría entre los municipios de Chinantla, Huehuetenango y San Sebastián. También se podría aceptar el Pueblo Viejo Malacatancito como sitio fronterizo por lo cercano a los límites quichés en los departamentos de Totonicapán y Quetzaltenango. En cambio, por el suroeste, ya no está tan claro el asunto, aunque la presencia de un sitio arqueológico dentro del municipio de Santa Bárbara, llamado Chicol, puede desvelar las dudas al respecto.

El desconocimiento sobre su organización local y territorial es prácticamente total, y no se sabe si contaban con entidades territoriales del mismo corte del chinamit quiché o del molam de los pokomanes, aunque sí se conoce que existía la misma distinción social entre aristocracia y plebeyos que se daba entre la rama quiché y otros grupos del Altiplano. De la misma manera se puede afirmar que la influencia del señorío Zaculeu llegaba más allá de sus fronteras, aunque no se diera el dominio político.
Sobre la conquista, también se conoce que estaban aliados con los de cuilco e ixtahuacán, pues de ambos lugares llegaron refuerzos en la defensa contra los españoles. En este apartado hay que resaltar la posición de dignidad que asumió el pueblo mame en la lucha contra los conquistadores, y la colaboración que ofreció a las otras comunidades nativas. Como ejemplo cabe destacar la participación singular que tuvo apoyando la defensa y resistencia que presentaron los pueblos quichés, a pesar de las diferencias que tenían entre sí desde finales del siglo XV, provocadas por el expansionismo que estos últimos llevaban a cabo sobre la región noroeste de Momostenango.

La lengua de los mames, el mam, es hablada por algo más de medio millón de personas, pertenece al tronco maya y es la tercera más hablada de esta familia lingüística.
Los mames en la actualidad viven principalmente en la región de la Sierra de los Cuchumatanes, la región montañosa no volcánica más espectacular de Centroamérica, situada entre el norte del Río Cuilco y al norte y oeste del Río Negro Chixoy. Geográficamente se localiza en dos departamentos de Guatemala, Huehuetenango al oeste y Quiché al este; así como en los municipios mexicanos de Unión Juárez, Cacahoatán, Tapachula, Motozintla, Mazapa de Madero, Frontera Comalapa y Amatenango de la Frontera. La población que alberga la región ronda 750,000 habitantes del lado guatemalteco y los 35,000 en el lado mexicano. Tres de cada cuatro indígenas hablan una lengua muy parecida entre sí, entre las que destacan la aguacateca, ixil, jacalteca, kanjobal, quiché, uspanteca y mam. El nombre Cuchumatán significa "aquello que fue reunido por una fuerza mayor", y deriva de la combinación de dos palabras mames: cuchuj, "reunir", y matan,"por la fuerza".

Los mames viven de la agricultura principalmente, entre la que se han consolidado las cooperativas de agricultura orgánica que han tomado el rumbo en el rescate de sus raíces culturales. La historia de estas cooperativas agroecológicas viene del encuentro de los campesinos pobres en busca de opciones y un grupo de religiosos marcados por las enseñanzas de la teología de la liberación. Los campesinos indígenas que estaban acostumbrados a trabajar cada día de sol a sol en las fincas de café llegaron a este encuentro con una larga experiencia de lucha por condiciones de vida más justa. Por parte de los religiosos la búsqueda se centraba en los problemas macroeconómicos y en nuevas alternativas para las problemáticas locales. En la parte mexicana no todos los mames son socios de las cooperativas, sin embargo, el ver cada día cómo sus hermanos de etnia recogen el fruto les empuja cada vez más a formar parte de esas cooperativas.

La religiosidad de los mames se apoya en las creencias católicas, evangélicas y en la religión maya.