Lencas


La situación geográfica del pueblo lenca se localiza en la parte sur de Honduras y el oriente de El Salvador. Una de las teorías respecto al origen de este grupo está basada en que son descendientes directos de los grupos mayas, desplazados hacia el otro lado del río Lempa por las migraciones mexicanas, hasta la situación que actualmente ocupan. El nombre que dan a este enclave es el de Chaparrastique, que en la lengua potón significa "Lugar de hermosas huertas". Actualmente, los 137.000 componentes que aproximadamente existen de esta etnia, se asientan principalmente en los departamentos de Lempira, Intibucá y La Paz en Honduras, y La Unión, San Miguel y Morazán en El Salvador.

La creencia que existe sobre los lencas es que son contemporáneos a los mayas, e incluso algunos textos lo identifican como parte de ellos. La historia dice sobre su existencia que desde la época precolombina ocuparon diversas tierras de lo que hoy se conoce como parte del territorio perteneciente a El Salvador y Honduras. Quelapa, en territorio salvadoreño, es un enclave en la identificación arqueológica de los lencas, un sitio que se considera habitado y gobernado por sus antecesores, interrumpidamente desde el 500-400 a.C., periodo preclásico medio tardío, hasta alrededor del año 1000 de nuestra era, periodo clásico tardío.

En el siglo XVI, fecha a partir de la que se pueden encontrar más referencias sobre este grupo étnico, cada dialecto tenía su propia confederación, divididos cada uno de ellos en señoríos que a su vez eran constituidos por varios pueblos. Cada uno de estos pueblos lo gobernaba un señor principal al que asistían cuatro tenientes, y que era relevado en sucesión por su primogénito. Parece que entre sus costumbres y forma de vida estaba la guerra, por lo común que se tenía esta actitud bélica, entre los mismos señoríos de las confederaciones o con otros pueblos vecinos con diferente idioma, como los pipiles o los mayas, entre otros. La captura de esclavos y la ampliación de sus territorios estaban entre sus objetivos primordiales, aunque también eran comunes las treguas en ciertos periodos del año entre los señorios lencas, treguas que aún hoy son recordadas con la ceremonia del Guancasco.

Para la historia también ha quedado la tenaz resistencia que ofreció el pueblo lenca en la reconquista, que dejó como máximos exponentes a Lempira, Mota y Entepica, caciques que dirigieron la defensa de sus gentes, sus tierras y su cultura. La defensa de unos intereses en común forjó la rebelión que unió a las tribus (care, cerquin, potón) organizadas en una sola confederación para luchar contra el enemigo invasor. Mota se encargó de liderar a los caciques lencas que defendieron el Cabo Gracia de Dios; Entepica fue el señor de Cerquin y cacique de Piraera; y Lempira se encargó de organizar una guerra de resistencia que duró cerca de 12 años y que dio fin en 1537, con su propia muerte.

El término lenca, que define a este grupo, fue designada por el viajero e investigador E. G. Squier, en 1853, quien escuchó de los indios Guajiqueiros llamar a su lengua con este vocablo, que significa "lugar de muchas aguas".
Su área cultural se registra geográficamente en tres zonas: care en Intibucá, La Paz, norte de Lempira y Santa Bárbara; cerquin en centro y sur de Lempira y sur de Intibucá; potón en oriente de El Salvador y La Paz.
Las lenguas asociadas con la etnia lenca son el potón y el ulúa. Sin embargo, hay que destacar que la lengua que hablaban estos indígenas se extinguió casi en su totalidad, entre las últimas décadas del siglo XIX y la primera del siglo XX, en la actualidad solo se conocen algunas palabras del potón. La afiliación con otros idiomas está en disputa entre lingüistas que, como Campbell asegura, aún está sin clasificar. Según el lingüista costarricense Adolfo Costanela Umaña, es un idioma con raíces del chibchano, con mucha influencia Náhuatl, y de las mayas como yucateco y chol.

Los lencas son cazadores y recolectores, se dedican a la agricultura y también a la pesca, costanera y en el litoral. Durante algunos meses del año se trasladan a las fincas cafetaleras a participar en las cosechas, debido a que en el sur de Intibucá, La Paz y Lempira, la lluvia es inexistente de seis a siete meses al año, lo que provoca que sus pequeñas parcelas de terreno se vuelvan improductivas durante ese tiempo. La alfarería lenca de Honduras es de enorme interés y se exporta a Estados Unidos y Europa como utensilios de decoración domestica

La religión que profesaban los antiguos lencas era politeísta que veía la realidad desde un punto de vista animista, sus creencias se basaban en el nahualismo y organizaban sus dioses jerárquicamente. Los principales eran Itanipuca, "el gran padre", e Ilanguipuca, "La gran madre", la importancia del chamanismo era reducida y por lo general eran mujeres. En la actualidad es el sincretismo religioso el que prevalece, asociando a Cristo y a la Virgen María con Itanipuca e Ilanguipuca.