Chorotegas


Terrence Kaufman asegura que los chorotegas eran los habitantes de la antigua ciudad prehispánica de Cholula cuando fueron desplazados por los nahuas, y propone que chorotega es una etimología basada en el náhuatl clásico, chorotega, cholõltecah, y que precisamente significa "habitantes de Cholula". Todos los estudios relacionados con los chorotegas nos dicen que su procedencia es Mesoamérica y que llegaron a Centroamérica a finales del siglo VI, que son originarios de grupos náhuatl-pipil-nicarao, que hablaban lenguas del tronco lingüístico oto-mangue y que sus migraciones se dieron hasta el siglo XI, aproximadamente. En Nicaragua se asentaron en la vertiente del Pacífico, desplazando a su vez a otros pueblos ya existentes de la llamada Área Intermedia, actitud que tuvieron que sufrir ellos mismos cuando más tarde llegaron a la región los pueblos de lengua náhuatl, y que también tomaron asentamiento en Nicaragua, especialmente en la región del istmo de Rivas. Los conflictos en territorio nicaragüense fueron con los pueblos Miskitos Matagalpas, Sumos y Ramas, a los que desplazaron hacia el centro, norte y costa del Caribe.

En Costa Rica ocuparon toda la península de Nicoya, la región de Chomes en la margen oriental del golfo de Nicoya, los dominios del rey Gurutina y las costas de la ensenada de Tivives. Esta última fue conocida con el nombre de Chorotega o Chorotega Vieja, zona que supuso el confín de las culturas mesoamericanas en la vertiente del Pacífico. Fuera de los territorios de Nicaragua y Costa Rica, también erradicaron en la costa de Honduras, El Salvador, Chiapas y Oaxaca. A los chorotegas se les conoce también por los nombres de cholultecas, mangue, dirián y orotiña.

La cultura chorotega era la más desarrollada en la zona centroamericana que habitaron, la agricultura la desarrollaron intensivamente y a mayor escala que los demás pueblos de la región. Sus cultivos se alternaban entre el maíz, los frijoles, calabazas, algodón, chile, cabuya, tabaco y cacao, además de los árboles frutales; utilizaban el sistema de quemas. También fueron unos excelentes ceramistas y tallistas de piedra, de igual manera hacían artículos domésticos y culturales como incensarios, metates, pebeteros, efigies de dioses. Parte del legado cultural chorotega en Nicaragua lo dejaron en enormes figuras de piedra, encontradas en la Isla Zapatera, santuario en el lago Cocibolca o Nicaragua, más tarde estos grandes símbolos de piedra fueron transportados al colegio de los jesuitas en Granada y por último, su actual ubicación, al convento de San Francisco, también en la misma ciudad colonial.

Después de algunos siglos asentados en la zona del Pacífico nicaragüense aparecieron los nahuas, en el año 1200 d.C. En principio su pretexto era el de continuar a otras tierras más al sur del istmo, pero sólo quedó en pretexto, la verdadera intención no era otra que invadirlos y ocupar la región que habitaban. Cosa que consiguieron desplazándolos hacia las mesetas de los pueblos donde se ubican en el territorio geográfico de Diriamba, Jinotepe, Masaya y la península de Nicoya en Costa Rica. Los grupos indígenas del norte de Nicaragua, de Monzonte y San Lucas, son considerados sus descendientes. Los chorotegas que actualmente se cuentan, tanto dentro como fuera de los territorios nicaragüenses y costarircenses, se calculan alrededor de 800 individuos.

La formación política de los chorotegas era la de cacicazgos guerreros, coexistiendo a veces con cacicazgos teocráticos. Su organización se caracterizaba por un sistema de rangos, a los que se accedían por méritos guerreros o por el bien de la comunidad. Los sacerdotes ocupaban el escalón más elevado por orden de rangos, eran los que fijaban los calendarios, organizaban las fiestas religiosas, efectuaban los sacrificios y enseñaban la doctrina sagrada.

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Los ancianos escuchaban el secreto de las confesiones por haber faltado a algún deber sagrado, como quebrantar las fiestas, blasfemar de los dioses, etc. Como penitencia podían ordenar llevar leña al templo o barrerlo. Con el acto ritual de barrer el templo se abría camino a los dioses de la lluvia". (Bobadilla 1959, IV:381. Citado en Luis Ferrero, 1975, p. 120)

También Fernández de Oviedo nos dejó al respecto: "Estos indios Chorotegas son de otra lengua de por sí, e más varones e hombres de guerra que los de las lenguas de Nicaragua, e la lengua de Nicaragua e la de México o temistitan en la nueva España es toda una. Los Chorotegas todos comen carne humana, e también hay gentes de ellos entre los de Nicaragua. Tenían guerras los unos con los otros, porque así como difieren en las lenguas Asia en ceremonias e ritos e amista, y en todo lo son diferentes"."Esta en golfo de Chorotega e dentro de aquel ancon, que se puede decir mas propiamente Golpho, una Isla rodeada e poblada e otras pequeñas yermas, que son escollos".

"Es de las más hermosas e apacibles tierras los llanos de Nicaragua que se puede hallar en estas Indias, porque es fertilísima de maizales e legumbres; de fenoles de diversas maneras; de mucha e diversas fructas, de mucho cacao… Hay multitud de gente, así en aquella provincia de nagrando, donde esta la ciudad de León como en otras de aquel reino, e muchas de ellas. No se gobernaban por caciques e único señor. Sino a manera de comunidades por ciertos números de viejos escogidos por votos: e aquellos creaban un capitán general para las cosas de la Guerra… los de la lengua de chorotega que son sus enemigos, tienen los mesmos templos; pero la lengua, ritos e ceemoneas e costumbres diferentes de otra forma. Tanto que no se entienden. Los chontales así mesmo son diferentes de los uno e de los otros en la lengua, e no se comunica la de los unos con los otros, ni se parece mas que la del vizcaíno con el tudesco".

"Tenían libros de pergaminos que hacían de cueros de venado, tan ancos como una mano o más, e tan lenguas como diez o doce pasos, e más o menos, que se encogías, e doblaban, e resumían en el tamaño e grandeza de una mano por sus dobleces uno contra otro, y en apuesto tenían pintados sus caracteres o figuras de tintas roxa o negra, de tal manera que auque no eran lectura ni escritura, significaban e se entendían por ellas todo lo que querían muy claramente; y de estos tales libros tenían pintados sus términos y eredamiento, e lo que más le parecía que debían estar figurado, así como los caminos, los rios, los montes e boscajes e lo demás, para los tiempos de contienda o pleitos determinarlos por allí, comparecer de los viejos guegues como viejo".











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