Chontales de Tabasco


El vocablo chontal proviene del náhuatl, chontalli, y significa extranjero; puede referirse tanto a los chontales de Tabasco, a los oaxaqueños o al departamento nicaragüense llamado Chontales. Sin embargo, la relación entre ellos es nula, no existe procedencia que los relacione a pesar de esta denominación bajo la misma palabra. Los chontales tabasqueños, o mayas-chontales, son un grupo mayense que se consideran descendientes de los olmecas históricos, que se autodenominan yokot'anob o yokot'an, y que quiere decir: "el pueblo que habla yoko ochoco". La localización de esta etnia mexicana se halla en el estado de Tabasco, en cinco municipios, que son: Centla, El Centro, Jonuta, Macuspana y Nacajuca, en donde se concentra el número más elevado de indígenas pertenecientes a la etnia, en los otros cuatro primeros municipios sólo se encuentran en determinadas áreas del municipio. En Centla se ubican en la parte norte del municipio, en los pantanos, lagunas y manglares; en Macuspana también al norte; en Jonuta era en los sitios más apartados hasta hace poco tiempo; en cambio, en El Centro, se sitúan a orillas del río Grijalva y en los límites con el municipio de Centla.

La historia sitúa a los yokot'anob como descendientes de los olmecas porque es allí, en el mismo territorio que hoy ocupan, donde el pueblo olmeca lo hizo entre los años 2000 y 100 a.C. Los estudios arqueológicos realizados al respecto revelan que los mayas tuvieron su apogeo alrededor del siglo III y es en esa época cuando la cultura chontal de Tabasco vivío su máximo esplendor, en un territorio donde también los toltecas estuvieron presentes, según estudios arqueológicos. Y nada es de extrañar que los yokot'an hablaran la lengua náhuatl, pues ya sabemos de su influencia en la zona, hasta la llegada de los conquistadores españoles. También sabemos por los restos arqueológicos encontrados que los maya-chontales siempre prefirieron para vivir las zonas costeras, las orillas fluviales y las zonas pantanosas o húmedas, al menos es en esos sitios donde se encuentran los complejos más importantes referentes a la arqueología chontal. No obstante, era y es una etnia que también vivía de la agricultura, no sólo de la pesca, utilizaba el sistema de raza en "los altos" mientras que cultivaba los terrenos de humedad cuando se retiraban las aguas después de las inundaciones anuales, y así, de esta manera, siempre disponían de maíz nuevo para consumir. También eran grandes y prestigiosos comerciantes, y aunque se conoce que la pesca era otra alternativa para subsistir, no se conoce con exactitud si se realizaba en alta mar o en la zona acuática de los llanos.

El río Grijalva le debe su nombre a Juan de Grijalva, quien en 1518 realizó una incursión por el territorio, un año antes de que llegara Hernán Cortés y se entrevistara con Tabscoob, el señor de la región. Quienes a pesar de los tratados diplomáticos que llevaron a cabo terminaron enfrentándose el mismo año, 1519, y tras una batalla en Centla los españoles dirigidos por Cortés sometieron a los indígenas chontales. Aún así, acabaron por aliarse en medio de un ambiente epidémico propiciado por las nuevas enfermedades, llevadas consigo por los conquistadores desde el viejo continente. Para el siglo XVII la población indígena había desaparecido en un 95% y la selva recuperaba el territorio que siglos atrás les fueron arrebatados por los nativos, que sobrevivieron al periodo colonial en un punto importante, también hoy considerado el centro del mundo yokot'an, Nacajuca, donde en 1614 se fundó la primera iglesia. Un tiempo duro, el de la colonia, donde los españoles desarrollaron la ganadería para obtener sebo y pieles, y los cultivos de cacao y palo de tinte, los indígenas que formaron parte de estas empresas siempre lo hicieron en calidad de servidores.

En el siglo XX los chontales tabasqueños llegaban a los embarcaderos en cayucos, a vender su mercancía, cal de ostión, vigas y puntales de mangle, carbón y pescado, materias primas de las que eran abastecedores para los mestizos y blancos, aunque siempre trataban de evitarlos y negociar directamente con ellos. Los indígenas veían cómo eran despojados de sus tierras por los españoles por la ampliación de la ganadería y eran arrinconados a las zonas pantanosas e inundables. Con el siglo XX llegó lo mejor y lo peor para el pueblo chontal, lo mejor se podría decir que fue la aparición de petróleo en su territorio y las primeras instalaciones en Comalcao y Macuspana, y eso era sinónimo de riqueza, de progreso y trabajo, y así fue, los nativos comenzaron a trabajar como peones sin cualificar contratados al servicio de Pemex. Lo peor fue precisamente la manera de gastar la riqueza que generaba, los sueldos se gastaban en alcohol y prostitución, dos tipos de negocio que proliferaron en la región y esto acabó atrayendo a las religiones evangélicas y protestantes y con ellos se fueron eliminando las costumbres y creencias ancestrales de los yokot'an, como la estructura familiar tradicional basada en familias extensas.

La lengua de los chontales o yokot'an pertenece a la familia maya, junto con el ch'ol y el chortí, entre otros; dentro del mismo idioma existen tres importantes dialectos, el de Macuspana, El Centro y el de Necajuca, pero la mayoría de la población chontal es bilingüe. Fueron malos tiempos lo dos primeros tercios del siglo pasado para esta lengua maya, pero a partir de los primeros años ochenta recibió un gran impulso oficial para recuperar su uso. Sus viviendas tradicionales rurales eran de jahuacte y palma, soportados sobre pilares de madera dura que aguantara la humedad del entorno, no tenían ventanas pero en cambio eran frescas. Disponían de un refugio previsto para las inundaciones y un tapanco que servía de almacén; se construían varias en el mismo solar que se interrelacionaban por lo extensas que eran las familias; cuando las inundaciones lo exigían se desarmaba la casa, lo indispensable se metía en cayucos, y la familia buscaba un nuevo lugar donde residir. Su artesanía es variada, dos tipos de artesanía, la utilitaria y la que se hace para el turismo. La artesanía artesanal se basaba principalmente en la construcción de cayucos, en caoba o cedro, pero la desaparición de los bosques, y la selva en sí, ha obligado a ir dejando a un lado la costumbre. Aún así se continúan elaborando tambores, tunkules y "pitos", con los que se toca la música en las danzas y ceremonias. Para el turismo prevalecen las jícaras, figuras y cucharas de madera, y una minúscula cerámica que se usa para las ofrendas a los sobrenaturales selváticos y que se toma como juguete.

Los chontales piensan que las enfermedades surgen por una ruptura con el orden cósmico, y para su remedio tienen dos opciones tradicionales compatibles, el herbolario es lo principal pero se suele combinar con ceremonias a lo sobrenatural. Su concepción del mundo sobrenatural los sitúa en la creencia de una serie de divinidades relacionadas con su entorno, los dioses de la tierra, los dueños de las lagunas y el manglar, y tienen una misión inmediata que cumplir, la sobreexplotación y destrucción del entorno natural y que actúan castigando al infractor, enfermándolo, haciéndole perder la razón o matándolo.
























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