Chontales de Oaxaca (Tequistlatecos)


La etnia chontal se localiza en México, en el estado de Oaxaca, distribuidos por la Sierra Madre del Sur y en la planicie costera sudoccidental. Esta ubicación geográfica los divide en dos grupos, los costeños y los serranos. Los primeros habitan los municipios de Santiago Astata y San Pedro Huamelula, y en los altos en los distritos de Yautepec y Tehuantepec, en los municipios de Santa María Ecatepec, al sur de San Carlos Yautepec, Asunción Tlacolulita, San Miguel Ecatepec y Santa Magdalena Tequisistlán. La región la comparten con mestizos y zapotecos, tanto étnico como territorial. Las características geográficas que reúne la región de los chontales es de importante diversidad, en suelos y climas, que van desde los 10ºC a los 14ºC en la sierra hasta los 24º y 26ºC en la costa; la lluvia caída alcanza los 700 mm anuales y los climas se dividen en caliente, con áreas subhúmedas o semisecas que dan origen a selvas bajas caducifolias; en templado, con bosques de encino, madroño y pino; y frío, con bosques de ocote. La fauna que se puede encontrar en la zona es variable, como la ardilla, tlacuache, mapache, armadillo, conejo, oso hormiguero, puerco espín, venado cola blanca, jabalí de collar, coyote, tigrillo, puma, leoncillo y gato montés. Sus tierras están bañadas por dos cuencas hidrográficas, la del río Tehuantepec y la del sistema de ríos costeros.

Su antecedentes históricos, de acuerdo con la tradición oral, dicen que el pueblo chontal proviene del sur, sin embargo, y aunque su procedencia no ha sido esclarecida, se piensa que pudieran estar relacionados con otros grupos del norte, en especial con California y Arizona. Su lengua la relacionan los expertos con las lenguas hokanas, que provienen del norte: seris, coahuiltecos, tamaulipecos del norte, tlapanecos, subtiatas; o los xincas, que proceden de América Central, Honduras y Nicaragua. Lo que sí se conoce con más certeza es que hacia el año 300 d.C. los chontales y los xiximes ocuparon terrenos de Villa Alta y Coapam, los segundos expulsaron a los primeros y se establecieron en la Sierra del Aire, lo que hoy se conoce por Santa María Ecatepec. Bastantes siglos más tarde, en el XIV, año 1374, el fundador de la nación chontal, el rey Fane Kantzini (tres chuparrosas), entró en guerra con los zapotecos por su constante expansión territorial, y casi 50 años después de aquellas disputas el rey Zaachila II envió un emisario al rey Abahsi Tlapique para firmar la paz. Pero aquel remanso de paz fue flor de un día porque 11 años más tarde de nuevo agarraron las armas con el resultado de que los zapotecos acabaron sometiendo a los chontales.

En 1930 se halló un manuscrito que data del siglo XVII donde quedó asentado que durante el reinado de Moctezuma los chontales se dividieron en dos grupos o bandos, los que por un lado estaban de acuerdo con aliarse con los zapotecas y los que estaban en desacuerdo; a estos últimos les costó un nueva expulsión del territorio y se trasladaron a donde actualmente residen. El primero de los conquistadores españoles que se dejó ver por aquellas tierras fue Pedro de Alvarado, quien pronto conquistaría Tututepec venciendo a los mixtecos primero, después a los chatinos y por último a los chontales. En la época de la colonia el territorio que ocupan los chontales pasó a pertenecer a la administración de Nejapa y en 1750 la población quedó sensiblemente diezmada por culpa de una epidemia. No fue un pueblo que se dejara someter fácilmente, al contrario, contra los españoles se sublevaban continuamente y parece ser que fueron los frailes los que tuvieron que, y consiguieron, poner fin a tanta sublevación. Conquistada la paz los chontales prosperaban dos décadas más tarde con el cultivo de la cochinilla y su cercanía al puerto de Huatulco, pero la dicha no sería completa porque, a finales de siglo sufrieron un duro revés con la perdida de una importante fuente de puestos de trabajo, el estado les prohibió a los chontales, junto a zapotecos, huaves y zoques, la explotación de las salinas de Tehuantepec. Luego vendría la Guerra de la Independencia y algunos grupos de indígenas se unieron a los insurrectos. En 1834 se formó un grupo de zapotecos, huaves, zoques y chontales, que se levantaron y fueron comandados por Gregorio Meléndez; pasados quince años de aquel levantamiento fueron los huaves y los chontales los que se rebelaron contra el gobierno exigiendo la propiedad histórica de las salinas.

El nombre de chontales le viene a la etnia desde tiempos prehispánicos, chontal proviene del náhuatl, chontalli, y quiere decir "extranjero" o "extraña". En la antropología literaria también se ha utilizado la denominación "tequistlatecos", para diferenciarlos del otro pueblo que también recibe el nombre de chontales y que se ubica en el estado de Tabasco, con el que no tiene parentesco ni relación alguna. Los chontales oaxaqueños se llaman así mismos Shijuala Xanuc' o Juala Xhanuc', y aunque no está muy claro parece ser que su significado en español es "habitantes del cerro o de la montaña".

Los chontales de Oaxaca tienen un buen y amplio recetario de plantas medicinales que ascienden aproximadamente a 356, entre las tierras serranas y las costeñas; también tienen las que se pueden considerar sus propias enfermedades, como el mal de vergüenza y la tirisia; otras también consideradas propias de la zona y que al igual que ellos la padecen otros indígenas de otras etnias pero que se tratan de manera diferente, estas son: el mal de ojo, el empacho y el susto. La atención en el parto no es exclusivo del sexo femenino pues también pueden ser ellos parteros; otros médicos tradicionales son los curanderos y hueseros o sobadores. Entre sus costumbres está la de diagnosticar las enfermedades invocando a los espíritus, ofrendan copal, agua y un huevo, y dependiendo y analizando lo sucedido se advierte el tipo de enfermedad padecida, incluida si es brujería. Los trabajos del curandero no se cobran, se estima que es un servicio a la comunidad, un servicio social, por lo que se le retribuye en especies, y en ocasiones con dinero.

Sus casas son rectangulares, hechas con muros de adobe o de carrizo de dos metros de altura; sus medidas andan por entre los dos y cuatro metros de ancho y los cuatro o seis de largo. Los postes se hacen con horcones de ocote de coatle o coachipilín; los techos de zacate, pino, tejamanil o teja (actualmente con láminas de asbesto), sobre un armazón de carrizo o vara y amarrado con tiras de corteza de yaco o majagua; a dos aguas. Cuentan con una o dos puertas y una pequeña ventana, el suelo apisonado. Para las cercas se utiliza el ocote y el encino, y en casi todas las casas existen enramadas que hacen de recibidor y sirven de sombra para los animales, sus huertos se sitúan anexos a las viviendas y en ellos cultivan frutas, hortalizas y flores. Los terrenos que disfrutan donados por el comisionado de bienes comunales son de igual medida para todos los ciudadanos. La agricultura es de temporada y para auto consumo, y se siembra el maíz, calabaza y frijol de manera intercalada; en algunos casos los chontales siembran hortalizas y árboles frutales de anona, mamey, chicozapote, aguacate, guayaba y nanche; también cultivan maguey mezcalero, caña de azúcar, chile y café. La ganadería es de especies menores y mayores: gallinas, guajolotes, porcinos, cabras y ganado vacuno; tanto los hombres como las mujeres trabajan de peones agrícolas y la recolección de animales y frutos silvestres es muy importante para sus economías. En artesanía realizan utensilios en distintos materiales, principalmente en alfarería, pero de igual modo tejen palma, hacen escobas y mangos para instrumentos agrícolas; la madera la utilizan para la fabricación de muebles y casas para uso propio. Elaboran tejidos en algodón y los tiñen con tintes y materiales tradicionales y naturales.

Cada familia construye su propia casa pero en ocasiones son hasta tres las generaciones que conviven en el mismo solar, abuelos, hijos y nietos; el sistema de parentesco está regido por tres cargos, sexo, edad y linealidad; los ancianos tienen gran importancia tanto en lo civil como en lo religioso y el compadrazgo es una forma extensiva de parentesco.
El panteón chontal consta de 18 deidades masculinas y tres femeninas. Los mitos de la creación chontales hablan del Gran Espíritu que creó al sol, la luna, las estrellas, el aire, el agua y el fuego. La Tierra era una bola de humo que ardió durante mucho tiempo. El Gran Espíritu intentó tres veces hacer llover y, como no pudo, entonces encargó la lluvia a las montañas y ellas sí pudieron. Llegaron las lluvias torrenciales y la tierra se apagó. Luego, el sol y el aire secaron el suelo y nacieron las plantas, los animales y los hombres. Los hombres vivían en cuevas, cultivaban la tierra y comían maíz, fruta y carne de animales. A un hombre se lo tragó un cocodrilo y se lo llevó a la tierra de los dioses de la lluvia. Éste vio cómo hacían las nubes de lluvia, los relámpagos y los truenos y después lo regresaron a la tierra, diciéndole que de lo que había visto no dijera ni una palabra. Mientras guardó el secreto, no hubo sequía ni malas cosechas, pero cuando lo contó se perdieron los favores que los dioses de la lluvia les habían dado a los hombres.





















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