OPINIÓN: Apenas tres banqueros lograron sobrevivir a la crisis financiera global

9-9-2010 - El trío pudo superar a una década que afectó seriamente a la gran banca mundial durante los úlitmos diez años. Ningún otro ejecutivo resistió en lo alto
Tan sólo quedan tres. Tres banqueros. Emilio Botín, del grupo Santander; Francisco González, de BBVA y Alessandro Profumo, de Unicredit.

Tan sólo ellos han sobrevivido a una década marcada por dos profundas crisis financieras. Ningún otro ejecutivo ha resistido en lo alto de la gran banca mundial durante los últimos diez años.

Según CincoDías, dos de sus colegas de las finanzas internacionales anunciaron ayer que dejaban el cargo. John Varley cede el testigo como consejero delegado de Barclays (primer ejecutivo del grupo) a la estrella ascendente del sector bancario europeo, Bob Diamond.

Mientras tanto, el máximo responsable de HSBC, Stephen Green, abandona su puesto como presidente de la entidad para hacerse cargo de la cartera de Comercio del Gobierno de Reino Unido.

Con la despedida de Varley y Green, el club de los directivos que está al frente de un gran grupo financiero internacional se va reduciendo a la mínima expresión.

Emilio Botín se convirtió en presidente de Banco Santander en 1986 y, tras la gran fusión con Central Hispano, en 1999, pasó a ser copresidente del primer grupo bancario español.

El caso de Francisco González es similar. En 1996 accedió a la presidencia de Argentaria y, tras la integración con BBV en 2000, fue nombrado copresidente del otro campeón bancario nacional: BBVA.

Además de los dos banqueros españoles, también Alessandro Profumo, consejero delegado de Unicredit, lleva más de una década en primera fila de la banca mundial.

En 1997 fue elegido consejero delegado de Credito Italiano, un banco transalpino de tamaño medio. Tras la absorción del gigante alemán Hypovereinsbank, en 2005, se convirtió en el máximo responsable del nuevo grupo.

Entre los puntos en común de este trío de directivos destacan la decidida apuesta por grandes operaciones transnacionales y el foco en el negocio minorista.

También el presidente del consejo de BNP Paribas, Michel Pebereau, lleva años en lo más alto de la banca internacional aunque, en su caso, tras la fusión de BNP y Paribas en 2003, cedió buena parte de los poderes ejecutivos a Baudoin Prot, consejero delegado del grupo.

Las estrellas caídas
En la estela de estos supervivientes natos quedan otros grandes de la banca europea y americana, que han logrado resistir en su puesto durante la última gran crisis financiera, pero que llegaron a la dirección ejecutiva unos años después de los tres banqueros citados.

Josef Ackermann se convirtió en presidente de Deutsche Bank en 2002, mientras que Jamie Dimon fue nombrado consejero delegado de JP Morgan en 2004.

Sin embargo, estas dos entidades, a diferencia de Santander, BBVA y Unicredit, no han salido indemnes de la crisis. El primero se ha anotado pérdidas y provisiones por depreciaciones de activos por valor de 15.900 millones de euros desde el comienzo de la crisis, mientras que en el banco estadounidense esa cifra se eleva hasta 54.300 millones de euros.

Por el camino, el número de estrellas caídas es innumerables. Las fusiones, las operaciones erróneas y la mala gestión han dejado un gran número de banqueros en la cuneta, especialmente de Estados Unidos y Reino Unido.

Uno de los primeros en caer fulminado por la incipiente crisis de las hipotecas subprime fue Charles Prince, relevado de su cargo como consejero delegado de Citigroup en noviembre de 2007, cuando la entidad aún era el mayor banco del mundo por activos.

También Ken Lewis, primer ejecutivo de Bank of America (el primer banco de EE UU por número de sucursales) y artífice del rescate-fusión de Merrill Lynch, tuvo que dejar su cargo a finales de 2009 tras las duras críticas recibidas por parte del fiscal de Nueva York y algunos congresistas.

En la banca británica la salida más sonada fue la de Fred Goodwin, de Royal Bank of Scotland, cuya casa fue apedreada después de que el Gobierno tuviera que rescatar el banco que presidía. Tampoco los dos gigantes de la banca suiza, UBS y Credit Suisse, se ha librado del carrusel de cambios en sus cúpulas directivas.

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