Totonacas


El territorio donde se localizan los totonacas se encuentra a lo largo de la planicie costera del estado mexicano de Veracruz y en la sierra norte de Puebla. La región limita al norte con la Huasteca veracruzana, al sur con la región de las Grandes Montañas y al este con el Golfo de México.

La palabra totonaca es el plural de totonacatl, según la lengua náhuatl, y se refiere a los habitantes de la provincia del Totonacapan. Son varias versiones las que se encuentran referentes al término que da nombre a este grupo étnico. Mientras que algunos lingüistas aseguran que totonaco significa "hombre de tierra caliente", otros dicen que la palabra está compuesta de los términos "tu'tu" o "a'ktu'tu", que se refiere al número "tres", y "nacu", que significa "corazón".

El antiguo Totonacapan se extendía al norte hasta el río Cazones, al sur al río Papaloapan, al oeste tenía por límite Acatlán de Pérez en el estado de Oaxaca y al oeste con la sierra de Puebla. La historia de este pueblo cuenta que en el Preclásico los totonacas estuvieron relacionados y mantuvieron contactos con otros pueblos indígenas de los valles de Puebla, Tlaxcala y la Cuenca de México. Al final de este periodo y comienzos del Clásico hubo grandes movimientos de población de la zona del río Blanco Papaloapan hacia la costa y el centro de México, participando en el proceso de formación de la cultura teotihuacana.

En el Clásico Temprano aparece el barroco como expresión cultural, especialmente en las formas y moldes de la cerámica. De los siglos VI al IX es cuando se da la época de mayor esplendor de la cultura totonaca, con la ciudad de Tajín como su mayor exponente, y es a partir del siglo IX cuando comienza a decaer. De este punto de la historia hasta el siglo XII se generalizó el tratamiento y elaboración de los metales, se incrementó el comercio y el intercambio con los pueblos del valle de Puebla, Tlaxcala y la Cuenca de México y se difundió el uso del calendario tolteca-mexicano. También en esta fecha da comienzo la dominación del pueblo totonaca por parte de la Triple Alianza, alargándose en el tiempo este sometimiento hasta 1.519, año en el que tuvo lugar una reunión entre 30 pueblos totonacas en la ciudad de Zempoala, donde sellaron su futuro y el de todas las naciones mesoamericanas, al establecerse la alianza con el conquistador español Hernán Cortés.

Aquella alianza puso rumbo hacia la conquista de Tenochtitlan y hacia la libertad del yugo azteca. El pueblo totonaca aportó más de 13.000 guerreros, sumados a los 500 españoles a las órdenes del conquistador extremeño. Pero no parece que a los totonacas les saliera bien la alianza con los extranjeros barbudos, porque si es verdad que consiguieron liberarse del sometimiento del imperio mexica, también es cierto que acabaron bajo el yugo de los que fueron sus aliados, evangelizados y aculturizados por las autoridades virreinales.

Los totonacas pasaron a convertirse en siervos de las nuevas autoridades bajo el sistema de encomiendas. Su nuevo estado fue el de semi-esclavitud, usados como peones en el floreciente cultivo de la caña de azúcar durante la gobernación de Nuño de Guzmán. En ese tiempo comenzó a declinar la cultura de este pueblo y ciudades como Cempoala se desabitó y cayó en el olvido. En el siglo XIX, el arqueólogo e historiador mexicano Francisco del Paso y Troncoso, de nuevo sacó a la luz la cultura totonaca y la recuperó del olvido.

El idioma totonaco pertenece a la familia totonaca y es parte del tronco macro-maya. Los hablantes de la lengua se estiman alrededor de los 200.000 y la mayoría de ellos reside en Puebla y en Veracruz, pero también se encuentran en el estado de México, Quintana Roo, Tlaxcala, Tamaulipas, Campeche, Hidalgo y en menor proporción en Jalisco.

Los totonacas son mayoritariamente agricultores y entre sus cultivos están el maíz, chile, frijol, café, caña de azúcar, plátano, pimienta, naranja, limón, toronja o vainilla, entre otros. La artesanía ocupa una fuente de ingresos importante en las economías totonacas; también se emplean laboralmente en la industria petroquímica, en la obtención de gasolina, parafina, asfalto, plástico y otros derivados.

Sus viviendas tradicionales son de una sola planta, rectangulares o cuadradas. Las paredes se hacen de varas colocadas verticalmente y algunas también con lodo; los techos de zacate, palma u hoja "misanteca". La casa tiene una sola habitación, que se emplea como dormitorio y cocina. Normalmente cuenta con un solar donde se crían las aves de corral y además un tamazcal para los baños de vapor; en las casas donde se produce miel cuelgan los panales en las paredes. En algunas viviendas tienen un tapanco para almacenar maíz y para colgar las mazorcas que se emplearán como semillas.

Practican el catolicismo, sincretizado con otras creencias ancestrales.