Mexicaneros


Entre los mitos y leyendas de los mexicaneros existe el de la creación de su pueblo, y cuenta que el padre de los mexicaneros nació en San Pedro Jícoras, después del asentamiento en su peregrinación hacia el norte de Tenochtitlan, y que allí se puso de acuerdo con la serpiente y el águila para darles la costumbre. Le dejó la costumbre del águila, el xuravét, para aclamar al agua, al águila, al sol, a todo lo existente en la tierra, a las cosas, a los mares, a todos los santos... Los santos que crearon la costumbre lo hicieron en el patio en cinco días, el cuarto por la noche bailaron, ellos mismos buscaron el venado para bailar, lo hicieron chuina y lo comieron, bendijeron los elotes y ya cuando amaneció presentaron tamales para aclamar a Dios.

Esta es la parte romántica, pero la historia real de esta etnia dicta mucho de lo que cuentan las leyendas, en verdad no existen datos arqueológicos e históricos de este grupo étnico en el estado de Durango y en el municipio del Mezquital para dar consistencia a sus orígenes como pueblo. En Los Mexicaneros de Durango no son de Tlaxcala, de Leopoldo Valiñas, 1981, se mencionan algunas hipótesis o teorías al respecto, y van desde que son grupos nahuas que siempre habitaron la zona, que son grupos nahuas de occidente llevados a la zona por españoles, que los mexicaneros fueron originariamente hablantes de otras lenguas (coras, tepehuán y huichol) y que fueron nahuatlizados, hasta la teoría de que son descendientes de gente que hablaba una variante del náhuatl y que huyó hacia la sierra.

La parte fiable de su historia se sitúa en épocas más recientes, un ejemplo es el del capítulo referente a la Revolución y Guerra Cristera, en la que no se menciona la participación de los mexicaneros en estos movimientos sociales, sin embargo, si se puede constatar los levantamientos de la población de San Pedro Jícoras y la comunidad de Huazamota como punto de reunión Cristera en la región. Fue ésta una época convulsa de la historia, donde prevalecían los robos, incendios, violaciones, hambre y ataques de vandalismo por parte de los grupos indígenas y mestizos de la región, junto a esporádicos enfrentamientos con grupos "gobiernistas".

La localización geográfica de esta etnia se halla en la región que abarca los estados mexicanos de Durango, Nayarit, Jalisco y Zacatecas, una región interétnica donde conviven y se relacionan con otros grupos, como huicholes, tepehuanos y coras. Entre las principales comunidades mexicaneras cuentan las de Santa Cruz en Nayarit, o San Agustín de Buenaventura y San Pedro Jícoras en Durango. Esta última población pertenece al municipio del Mezquital, colinda al norte con los municipios de Durango y Nombre de Dios; al noreste con Suchil; al noroeste con Pueblo Nuevo, todos éstos del estado de Durango; Al sur con el estado de Nayarit y al sureste con Jalisco. En el Mezquital conviven huicholes, tepehuanos y mexicaneros; la población mestiza se asienta en la cabecera municipal, en los aserraderos y en los centros comerciales de la zona.

Su idioma recibe el nombre de mexicanero y se trata de un dialecto del náhuatl, una lengua del tronco Uto-azteca. Se trata de la variante más septentrional de esta lengua, aunque la familia Uto-azteca se halla difundida más al norte. Los hablantes de esta lengua se estiman alrededor de los 1000 y residen principalmente en las comunidades rurales de San Pedro Jícora y San Agustín Buenaventura, en el municipio de Mezquital en Durango. El mexicanero es uno de tantos dialectos nahuas, lo único que lo diferencia de otros es que utiliza el sufijo -lo para expresar sujetos en plural.

Las actividades económicas de los mexicaneros se basan en la pesca y la agricultura. La pesca es una actividad exclusiva de los hombres y los niños. Del río San Pedro extraen distintas especies como la mojarra, bagre, trucha, matalote, xalmich o pez de arena, aguja y camarón. El único cultivo que se realiza es el del maíz, en un promedio de siembra de cinco a diez medidas por familia, cada medida es igual a 4.35 Kg., su cultivo se realiza en pendientes pedregosas con el método de roza; también se dan algunos árboles frutales en la ribera del río San Pedro. La explotación forestal ya no se practica, por la falta de áreas madereras. La fauna la constituyen ardillas, conejos, coyotes, zorras, tejones, mapaches, gatos de monte, tigres, águilas, urracas, zopilotes, iguanas, escorpiones y alacranes.

Entre las artesanías que manufacturan los mexicaneros se encuentran los utensilios que emplean para uso cotidiano, canastas, cestos y chiquihuites de carrizo, bateas de madera, morrales de algodón, ollas, cazuelas, platos y comales de barro. También se fabrica un arco musical, o tahuitol, de madera y guacima o frijolillo, con una cuerda de ixtle este arco es colocado sobre una jícara o xical que funciona como caja de resonancia al percutir la cuerda con dos palitos de madera.

El patrón bajo el cuál se asientan los mexicaneros respecto a su residencia es patrilocal y en grupos domésticos. Los nuevos matrimonios buscan un nuevo terreno donde levantar su vivienda generalmente cercano al del padre del marido, para lo que nesecitan permiso de la comunidad. El levantamiento de la nueva vivienda se hace con ayuda de familiares y amigos o vecinos.
Son dos tipos de vivienda las que existen entre los mexicaneros, una para la temporada "de secas", cercana a las siembras, y otra para el tiempo "de aguas", éstas se construyen por lo general en los cerros. Las viviendas para el tiempo de lluvias facilitan subir a los animales a pactar sin necesidad de exponer las milpas. Las construcciones son rectangulares con paredes de adobe y techos de paja a dos aguas y sostenidos por estructura de madera. Cuentan con tres secciones, un dormitorio, cocina y carretón, donde se guarda el grano.

La religión de los mexicaneros es el catolicismo, pero también entre sus costumbres está la celebración de los xuravét, ritos donde se recrea la mitología. Estas ceremonias tienen carácter agrícola y en ellas se pide a Dios por la salud, las cosechas, la vida, todas las cosas de la tierra, el agua, las plantas, los animales, el sol, los santos, los mares... Estas peticiones las realiza el Mayor, que es la persona elegida por Dios para organizar y conducir el xuravét durante toda su vida.