Embera-Wounaan


La comarca indígena Emberá-Wounaan está ubicada en la provincia de Darién, Panamá. Creada en 1983 a partir de dos enclaves, específicamente de los distritos de Chepigana y Pinogana. El nombre dado a la comarca, cuya capital es Unión Chocó, tiene su origen en los dos grupos étnicos que la habitan, los emberás y los wounaan, su extensión es de 4.383,5 kilómetros cuadrados y tiene una población cercana a los 9.450 habitantes, pertenecientes en su mayoría a estas dos etnias indígenas.

Los territorios que habitan los wounaan son los de las áreas del Darién, diseminados por las orillas de los ríos Chucunaque, Tuira, Balsas, Chico, Jaqué, Sambú y Río Bagre; por su parte, los emberás lo hacen en las orillas del Río Chagres, Mocambo Abajo, San Antonio, Gamboa y Emberá Gatún. Sus procedencias se sitúan más al sur de la frontera panameña con Colombia, país donde también habitan componentes de estas dos etnia y en mayor número. Los wounaan son en su totalidad aproximadamente unas 20.000 personas, de las cuales 14.200 viven en Colombia y el resto en Panamá; la etnia emberá la componen unas 60.000 personas, distribuidas por, además de Panamá, Colombia, Ecuador y el sur de Costa Rica.

Los últimos estudios referentes a la historia de estos dos pueblos indígenas dan como posible referencia a Brasil, de donde se supone que provienen. Sin embargo, es desde la región del Choco, en Colombia, desde donde llegaron al istmo alrededor del siglo XVIII. A estos nativos procedentes de Sudamérica se les conocía durante la época colonial con otros nombres, como: Citares, Zirambiraes, Citabiraes, Chocoes y otros más.

Los emberás hablan su propio idioma, cuyo nombre es el mismo que recibe la etnia, Emberá, que significa "la gente del maíz"; la lengua que hablan los wounaan recibe el nombre de Maach meu. Los dos idiomas pertenecen a la familia Chocó, a la que algunos lingüistas agrupan en una macrofamilia con las lenguas caribe.

Las actividades productivas en la forma de vida de los emberás son: la horticultura itinerante de tumba y pudre, y la pesca, junto a la caza y la recolección. La economía de los wounaan es prácticamente calcada a la de los emberás, también practican la agricultura itinerante de tumba y pudre, cuyos cultivos son el maíz, plátano y caña de azúcar, además de la yuca, mafafa, frijol y arroz. La pesca y la recolección también forman parte de su dieta; la cestería que elaboran es de merecido reconocimiento.

La vivienda tradicional de los wounaan y los emberás es el tambo, construcción circular de techo cónico, cubierta de paja de hojas de palma. Normalmente es ocupada por una familia extensa que se agrupa en torno al jefe de familia, sus hijas casadas y los esposos de estas. En la actualidad se va introduciendo la costumbre de casas rectangulares de madera que, al igual que los tambos, se construyen sobre pilotes a una altura conveniente para evitar las inundaciones.

Sus familias son monógamas y, aunque prefieren el matrimonio con miembros de su propia tribu, también los hay mezclados con grupos no indígenas. Los curanderos o jaibaneses ocupan un papel importante dentro de las comunidades emberás, al igual que entre los wounaan el benhuna o chamán, que cumple un importante papel como guía espiritual, que se conciben ligados a la naturaleza y que pueden controlar la salud y la enfermedad.