NOTICIAS: La banca, atenta a los plazos de Basilea

12-9-2010 - Este fin de semana se reúnen en Suiza el comité directivo del Comité de Basilea de Supervisión Bancaria para trazar las líneas definitivas de la nueva normativa para el sector bancario, la denominada Basilea III.

Este acuerdo busca dotar a la banca de un nuevo marco regulatorio que prevenga una nueva crisis financiera. La nueva normativa aumentará el capital de primera categoría de las entidades (capital y reservas, el denominado core capital) hasta un 7 u 8% de los activos ponderados por riesgo, desde el 2% actual. También limitará el nivel de apalancamiento que puede soportar un banco, establecerá una nueva ratio de liquidez para evitar problemas si se producen dificultades en las condiciones para acceder a los mercados mayoristas de la banca; mejorará el equilibrio en las fuentes de financiación de las entidades y creará colchones de provisiones en las épocas de bonanza para prevenir futuras depresiones.

El grueso de la discusión se centra, actualmente, en el calendario de aplicación de la nueva normativa, ya que los distintos supervisores financieros pugnan por dotar de un margen mayor o menor de adaptación, según el interés de sus bancos nacionales. Aunque el Comité de Basilea nunca ha sido explícito acerca de las fechas exactas, se han manejado dos calendarios diferentes: en un primer momento, se estableció que las normas irían entrando en vigor a partir de 2012. En julio, el comité hizo un anuncio público en el que se retrasaba su aplicación hasta 2018, con el objetivo de no perjudicar la recuperación económica. No obstante, aún no está del todo claro qué sucederá a este respecto.

Las autoridades financieras estadounidenses van a solicitar en la reunión de este fin de semana que se limite el período de adaptación a los próximos cinco años, mientras que el supervisor alemán, cuyos bancos son los que más problemas van a tener para adaptarse a la norma, solicitan diez años. Según los cálculos realizados por las entidades germanas, van a necesitar 105.000 millones de euros de capital y 300.000 millones de liquidez adicionales.

EEUU pide cinco años para adaptarse a la norma de capital y Alemania quiere que se amplíe a diez
En España, las nuevas necesidades de capital serán de 46.000 millones de euros. Deutsche Bank va a lanzar una ampliación de capital de entre 8.000 y 9.000 millones de euros para poder cumplir con esta normativa. No obstante, el principal problema en Alemania está en los bancos regionales (los landesbank, similares a las cajas de ahorros españolas), que no tienen capacidad de acceso a los mercados. Precisamente, las cajas en España se han dotado de una nueva normativa que les otorga los mismos instrumentos de capitalización que los bancos. Pese a esta nueva Ley, en España también preocupa a las cajas el calendario de aplicación de Basilea III. Si el periodo de adaptación es muy corto, estas entidades van a tener muy poco tiempo para poner en marcha sus nuevos bancos en el mercado para aumentar sus recursos propios, teniendo en cuenta que en los próximos meses aún tienen que digerir su proceso de reestructuración, que estará listo a finales del año que viene.

Los bancos españoles están menos preocupados por las necesidades de capital, ya que la mayoría están por encima del 8%, el nivel que se prevé que solicite Basilea III. Según las fuentes consultadas, el centro de atención en este caso está puesto en los nuevos requerimientos de liquidez. Según los papeles de trabajo del Comité de Basilea, se van a introducir dos nuevas variables en este punto.

El primero será una ratio de 30 días de liquidez, que quiere asegurar que las entidades tienen activos de alta calidad lo suficientemente líquidez para poder cubrir sus necesidades en caso de un cerrojazo abrupto de los mercados de financiación, como ha ocurrido en esta crisis. La segunda ratio vigilará la estructura de financiación a largo plazo de las entidades, promoviendo por parte de los supervisores que los bancos opten por fuentes más estables como los depósitos de clientes. Pese a todo, el impacto en la banca española va a ser más limitado que en otros países, gracias a la regulación y vigilancia del Banco de España, en las que se va a inspirar en parte la nueva Basilea III.

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