Itzaes


Los itzaes son los mayas fundadores de Chichén Itzá, su capital por excelencia. En lengua maya, Itzá significa "brujo del agua", un término que le viene por el culto al agua que existía en esta ciudad, situada geográficamente en el estado mexicano de Yucatán. En la época prehispánica se encontraba en ella el cenote más famoso, donde se llevaban a cabo los rituales, sacrificios, dedicados a las deidades acuáticas. Zamná, también conocido como Itzamná en su faceta deificada, fue el gran sacerdote, el guía espiritual llegado con los chanes, para fundar y establecerse en Chichén Itzá, en el año 525 d. C.

Según los libros sagrados del Chilam Balam, el pueblo Itzá tiene su descendencia en los chanes o putunes, como se les conocía por hablar la lengua maya de manera entrecortada. Los chanes estaban asociados a la isla de Cozumel y a la costa este de la Península de Yucatán, de donde provenían. La fuente histórica de Juan Francisco Molina Solís nos dice que los chanes, a los que posteriormente llamaron itzaes, llegaron a Bacalar, hoy conocida por Quintana Roo, "durante la primera bajada, o bajada pequeña del oriente que mencionan las crónicas", donde se establecieron. Eso fue hacia el año 320 d. C., pero dos siglos más tarde comenzaron la llamada segunda bajada, hacia el poniente de la Península de Yucatán. Primero fundaron Chichén Itzá y después le siguieron Izamal, T'Hó (la actual Mérida), Motul y Champotón.

Esta teoría, la anteriormente expuesta, es la más aceptada, sin embargo, otros autores opinan que los chanes procedían del occidente, de la cuenca de Usumacinta en Centroamérica, cuando llegaron a Bacalar.

De una manera u otra, lo cierto es que los itzaes vivieron en Chichén Itzá desde el año 525 d. C. hasta el 692 d. C., después, por razones políticas, económicas y culturales, tuvieron un largo peregrinaje por toda la Península de Yucatán, comenzando por Polé (Xcaret). Más tarde abandonaron esta ciudad y se dirigieron a Chakán Putún (actualmente Champotón), donde se establecieron hasta el año 928. La culpa, o los responsables de que dejaran atrás este lugar, la tuvieron los Xiues, quienes llevaron consigo la influencia tolteca y los que prevalecieron en la región hasta la llegada de los españoles, fue el grupo étnico que en mayor número se enfrentó a los conquistadores. Después de abandonar Chakán Putún anduvieron 40 años de peregrinaje por la selva, hasta que decidieron regresar a Chichén Itzá y comenzaron a recibir la influencia tolteca, ejemplo de ello fue la transmutación de Quetzalcóatl en el dios Kukulkán.

Si existió una característica bien definida en este pueblo esta fue la migración, la prueba es que, después de tanto peregrinar, en 1.194 y destruida la Liga Mayapán, de la que eran partícipes, nuevamente emigraron, en esta ocasión al Petén guatemalteco, donde vivieron en Tayasal, hasta que en 1.697 fueron sometidos por los conquistadores españoles, con Martín de Ursúa al mando.

De la época de la conquista, una leyenda cuenta que las tropas de Hernán Cortés, después de que éste diera muerte a Cuauhtémoc cerca de Xicalango, y de entrevistarse en Tayasal con Ah Kaan Ek, dejaron un caballo moribundo. La muerte del animal provocó que los itzaes se responsabilizaran de él y por temor a la venganza que el conquistador pudiera ejercer sobre ellos fabricaron un caballo de madera. Cerca de un siglo más tarde, en 1.618, cuando los misioneros franciscanos llegaron al Petén a evangelizar a los itzaes, descubrieron que éstos adoraban a un caballo de madera.

El idioma itzá pertenece al tronco proto-maya, a la rama yukateko del grupo yukateko. Los últimos datos referentes a los descendientes itzaes son pertenecientes al censo del INE del año 2.002, en el que se registraron 1.983 habitantes de esta etnia.