Tlaxcaltecas


Tlaxcaltecas es el gentilicio que reciben los habitantes del estado mexicano de Tlaxcala. El tlaxcalteca fue uno de los pocos pueblos a los que el imperio azteca no pudo someter, convirtiéndose a la llegada de los conquistadores españoles en sus principales aliados por diversas regiones de Mesoamérica y Aridoamérica.

Los datos más antiguos que se tienen sobre la existencia de pobladores en Tlaxcala se estiman con fecha de hace unos 12.000 años. Al menos esto confirmaron los investigadores de Instituto Nacional de Antropología e Historia, cuando en 1957 encontraron una punta de flecha bifacial tipo "clovis", en las laderas del Cerro Coaxapo, junto al poblado de San Juan Chaucingo del municipio de Tetla.

Sin embargo, si pusiéramos una fecha inicio que la identificara con el comienzo de su historia ésta sería 1290, por ser el año en el que se estructuran como federación, eligen a su líder supremo y emprenden las campañas en unión y de común acuerdo. Que los mexicas no consiguieran nunca doblegarlos supuso para los tlaxcaltecas un hándicap, por un lado mantuvieron su independencia y libertad, en cambio, también les privó de poder comerciar con libertad con los pueblos que le rodeaban, por ser estos vasallos de los aztecas. De todas maneras, su autonomía y el florecimiento de las artes y su propia cultura se llevó a cabo gracias a los acuerdos y tratados políticos con el imperio dominante de la región.

La etnohistoria de este grupo tiene sus orígenes en el valle poblano-tlaxcalteca, alrededor del 1.800 a. C. Eran pequeños grupos de agricultores que vivían de la caza, de la recolección de frutos silvestres y de sus cultivos, trabajados de forma familiar, de maíz, frijoles, chile y calabaza. La relación con otros grupos del valle de Tehuacán y el golfo de México fue fluida y con ellos fueron mezclándose. La población fue multiplicándose y del mismo modo el número de aldeas, hasta convertirse algunas de ellas en villas. Su organización productiva y social se basaba en la cooperación de toda la familia; fabricaban cerámica cocida en hornos, regaban los cultivos mediante canales, construían pequeñas plataformas donde celebraban las ceremonias religiosas y rendían culto a Huehueteotl, dios del fuego. A medida que la población crecía y las villas se iban transformando en pueblos, el número de dioses también fue creciendo y los sacerdotes tomando mayor importancia, hasta empezar a construirse centros ceremoniales y llegar a dominar a la población.

En el periodo teocrático, la civilización mesoamericana alcanzaría su máximo esplendor hasta entonces, entre los años 200 y 700 a. C. En este tiempo comenzaron a planificarse las grandes ciudades, no como hasta ese momento, que la población vivía en pequeñas comunidades agrícolas. Se incrementó el comercio y la actividad agrícola, se realizaron notables progresos en la escritura figurativa, las matemáticas, la astronomía, y la escultura y pintura alcanzó su apogeo. Todo bajo el gobierno de los sacerdotes, quienes se encargaron de impulsar la cultura. La máxima representación de estas ciudades estuvo en Teotihuacan y su caída marcó el fin del periodo. Durante este tiempo, en Tlaxcala, se vivieron dos fases, experimentándose en la primera un auge cultural. La población se fue concentrando en centros urbanos planificados y las aldeas fueron desapareciendo. Pero poco a poco el auge cultural fue perdiendo fuerza debido a que los artesanos y las clases más importantes de la sociedad decidieron marcharse a vivir a Teotihuacan, en busca de la prosperidad que ofrecía la gran ciudad. A partir de entonces, en la segunda fase, la agricultura tomó más protagonismo y la tranquilidad regresó al centro de Tlaxcala.

El origen de los señoríos de Tlaxcala tiene su punto de partida cuando el grupo teochichimeca-tlaxcalteca es obligado a emigrar por otros grupos desde las orillas del lago Texcoco, donde se asentaban desde el año 1290. El grupo era una de las siete tribus salidas de Chicomoztoc hacia el valle de México, donde fundaron Poyauhtlán en 1290, el año 2 pedernal. Entonces, la peregrinación desde Texcoco les llevó a Tlaxcala, se apoderaron de la sierra de Tepeticpac y pasado el tiempo llamaron Tlaxcallan.

En 1348, año 5 pedernal, el grupo teochichimeca guiado por su líder Culhuatecuhtli, se convirtieron en señores poderosos después de expulsar de la región a los últimos olmecas-xicalancas y toltecas, consiguieron la paz con sus vecinos y se dedicaron a poblar aquellas tierras tranquilamente. En este tiempo se fundó el primer señorío de Tepeticpac, con un solo señor como jefe, Culhuatecuhtli, quien cedió a su hermano menor, Teyohualminqui, una parte importante de la provincia de Talxcallan, fundándose así el segundo señorío, después de 1384. El segundo señorío, el de Ocotelulco, fue mayor y más importante que el primero.

El tercero surgió cuando los de Cholula mataron al señor de Ocotelulco y se apoderaron de sus tierras. Muchos de los vencidos huyeron y fundaron Tizatlán, que pasado el tiempo llegaría a competir en grandeza con los otros dos señoríos. Por último, el de Quiahuiztlán, el cuarto, se fundó con otro grupo de chichimecas, atraído al valle de México, en el siglo XIV, por el ofrecimiento de tierras que les prometió Culhuatecuhtli para que se establecieran en Tlaxcallan.

Cada uno de los cuatro señoríos era autónomo, tenía su territorio y gobierno propio, aunque eran aliados y formaban una confederación por medio de sus jefes, que decidían los asuntos comunes en un consejo. A los otomíes se les permitió seguir viviendo en los alrededores, como trabajadores y soldados que cuidaban las fronteras de las incursiones de los poderosos mexicas. Cuando Hernán Cortés llegó en 1519, los tlaxcaltecas se enfrentaron a los conquistadores con Xicotencatl al frente, para más tarde formar alianza y convertirse en los principales aliados de los conquistadores.

Actualmente, los nahuas de Tlaxcala, emparentados con los otomíes, continúan desarrollando su forma de vida y organización con identidad propia, en los pueblos de la falda del volcan la Malintzin, principalmente en las poblaciones de Acxotla del Monte, San Pedro Tlalcuapan, San Pedro Muñoztla, San Felipe Cuauhtenco, San Miguel Xaltipan, Guadalupe Tlachco, San Isidro Buensuceso, San Pablo del Monte, San Cosme Mazatecochco, San Bartolomé Cuahuixmatlac y San Rafael Tepatlaxco.