El desvelo. Dramaturgia y dirección: María Lía Bagnoli y Hernán Morán

Una débil experiencia dramática en 7 historias

El desvelo.
Dramaturgia y dirección: María Lía Bagnoli y Hernán Morán. Intérpretes: Tulio Gómez Alzaga, Marienn Perseo, Lucas Lagré, Emmanuel Pérez Gardiner, Melisa Melcer, Marcela Arza y Emilce Karl. Vestuario: Gustavo Alderete y Natalia González. Luces: Javier Casieles. Actuación en video: Sebastián Suñé y Andrés Giardello. Coreografía: Alexis Losada. Asistencia general: Marcos Ribas. Asistencia de dirección: Gabriel Golpe. En el Abasto Social Club (Humahuaca 3469). Jueves, a las 21. Duración: 60 minutos.

Nuestra opinión: regular

Siete pequeñas historias irán desarrollándose en un espacio común. Es muy acotado y eso posibilitará que personajes y situaciones se proyecten con una intensidad particular. Sus protagonistas son seres casi marginales, solitarios y, en todos los casos, se enfrentan a una situación que deforma algo de sus conductas, en apariencias, muy vulnerables.

El proyecto tiene un punto de partida interesante. Y también lo es esa propuesta espacial que coloca a los espectadores como observadores de un mundo al que parecerían espiar a través de una posible ventana. Eso provoca que mucha de la experiencia personal del público amplíe algo de las historias que se muestran y hasta se puede fantasear con las formas de vida de los individuos que protagonizan cada episodio.

La obra posee una dramaturgia muy endeble. Situaciones y personajes no terminan de adquirir la potencia necesaria. En más de una oportunidad resulta hasta complejo comprender, con la necesaria profundidad, esos mundos que parecen estar tan afectados por cuestiones que, además, no terminan de quedar claras. El desvelo resulta así una investigación dramática con fuertes falencias en su armado general y eso se traslada también a las interpretaciones.

Carlos Pacheco
Fuente: La Nación